• Son insectos que pican y succionan mediante la inserción de su aparato bucal en los vasos de las hojas de la planta, de los botones o de las raíces y así aspiran la savia. Los pulgones excretan los azúcares excedentes presentes en la savia que han extraído como melaza en la planta.
Las grandes cantidades de melaza producidas son el origen del desarrollo de hongos tipo fumagina en la superficie de las hojas, lo que limita la fotosíntesis y debilita la planta. Pueden producir deformaciones de las hojas. De esta manera, los pulgones son vectores de múltiples enfermedades o causantes de virus, como el virus del mosaico del pepino (CMV).

• Durante el verano, todos los individuos son hembras y pueden producir varias crías vivas por día, cada una de las cuales está lista para alimentarse y ya contiene los embriones de la próxima generación. La mayoría no tienen alas. A medida que crecen las colonias, los pulgones se agrupan y la calidad de la planta disminuye. Esto conduce a la producción de pulgones alados que son capaces de abandonar la planta y generar nuevas colonias. A medida que se acerca el invierno, estas especies producen formas de machos y hembras aladas, que migran hacia el huésped invernal y se aparean, dando lugar a nuevas hembras que pondrán huevos durante el invierno.

• Por lo general, los pulgones son insectos de cuerpo blando y aspecto graso, de entre 1 y 4 mm de largo. La mayoría tiene un par de estructuras tubulares prominentes que apuntan en la parte posterior del cuerpo. Varían de color, siendo la mayoría de verde a negro. Hay varias especies de plagas comunes que ocurren en una amplia gama de cultivos diferentes:

– Aphis gossypii: Conocido también como pulgón del algodón.
– Myzus persicae: Conocido también como pulgón del melocotonero.
– Macrosiphum euphorbiae: Conocido también como pulgón verde de las solanáceas.
– Aulacorthum solani: Conocido también como pulgón de la patata.

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